jueves, 24 de abril de 2008

Los juegos de cartas en la lengua (II).

Después de las cinco expresiones de la entrada pasada, aquí van otras tres:

1. TENER BUENA O MALA PINTA.

En el DRAE aparece la siguiente definición para pinta: “Señal que tienen los naipes en sus extremos, por donde se conoce, sin descubrirlos por entero, de qué palo son”. En determinados juegos de cartas, se escoge el triunfo (el palo principal) y se suele decir que pintan copas, bastos... o el que se hubiera escogido. Si coincide la pinta con la del triunfo se dice que tiene buena pinta (y sino que tiene mala pinta). El resto de las secciones no tienen valor o no pintan, de ahí la frase no pintar nada cuando alguien no se hace valer o sobra.

Las pintas son:

-Una raya para los oros.
-Dos rayas para las copas.
-Tres rayas para las espadas.
-Cuatro rayas para los bastos.

De esta manera, si el triunfo fuera copas, se dice: “pintan copas”. Un buen jugador ya sabe cuál es su juego con sólo ver las pintas, así es posible saber si una carta triunfa descubriendo tan sólo una mínima porción de la carta manteniendo el resto oculto a miradas indiscretas.

La expresión sale, pues, de los juegos de cartas y se aplica por extensión, en sentido figurado, a cualquier cosa que tenga mala o buena apariencia.

2. MANTENERSE EN SUS TRECE.

Se dice de aquel que no pide más cartas para no pasar de quince en un antiguo juego similar al actual de las siete y media. En este juego, quien queda más cerca de 15 gana; si rebasa esa cifra pierde. En este juego es usual que, aunque la banca anime a seguir jugando, muchos jugadores se planten en trece por miedo a pasarse.

De este juego se pasa a la expresión que solemos usar habitualmente y se dice que uno sigue “en sus trece” cuando se quiere decir que uno "persiste con pertinacia en algo que ha aprendido o empezado a ejecutar" o "mantiene a todo trance su opinión".

3. DARSE UN TUTE.

El juego del tute -uno de los más populares de España- parece tener su origen en Italia, o al menos su nombre, que proviene de tutti (todos, en italiano); dado que, aunque raras veces suceda y el juego se resuelva a los puntos, existe un lance especial consistente en reunir en la mano los cuatro, o sea todos, los reyes (tute de reyes) o todos los caballos (tute de caballos), ganando así la partida.


De la dificultad (y por extensión, el esfuerzo) de conseguir ese lance especial se pasa a decir coloquialmente darse un tute con el significado de “esfuerzo excesivo que se obliga a hacer a personas o animales en un trabajo o ejercicio”.


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